Por Lucía Tello Díaz
El pasado mes de marzo desaparecía el compositor Antón García Abril (Teruel, 1933), dejando tras de sí una producción tan exhaustiva como legendaria. Autor de un centenar de composiciones para televisión y cine, García Abril firmó algunos de los pasajes más emblemáticos del audiovisual español.
Formado en Siena y Roma, con cuarenta y un años fue nombrado catedrático del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, puesto que ejerció hasta los setenta años. Asimismo, su talento para la música fue refrendado por sus innumerables premios y distinciones; no en vano, desde 1982 formó parte de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, así como se convirtió en Premio Nacional de Música en 1993. Posteriormente recibiría la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1998), la Medalla de Oro (2004), la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (2005) y el Premio Tomás Luis de Victoria (2006).
Existen innumerables datos que se pueden argüir para refrendar el talento de Antón García Abril, sin embargo, no hay mejor manera de dar a conocer su obra que resaltando algunos de sus trabajos más renombrados. Conozcamos a Antón García Abril a través de su propio trabajo.
Sor Citroën (1967)
Acaso la banda sonora más célebre del compositor turolense, Sor Citröen no solo es una de las cintas más reconocidas de Pedro Lazaga y del guionista Rafael J. Salvia, sino un emblema del cine español de los sesenta. Protagonizada por Gracita Morales y un elenco incontable de talentos interpretativos (entre los que destacan Rafaela Aparicio, Mari Carmen Prendes, Juanjo Menéndez, José Luis López Vázquez, José Sacristán o Rafael Alonso), Sor Citröen narra las peripecias de la Hermana Tomasa, una joven religiosa que revoluciona el convento con su Citroën 2CV. Si la imagen de la película resulta de por sí representativa, su banda sonora, a cargo del gran García Abril, se ha fijado en el imaginario colectivo como una de las más espléndidas canciones originales del cine español:
El turismo es un gran invento (1968)
Película de Pedro Lazaga nuevamente, en esta ocasión escrita por el productor Pedro Masó y el guionista Vicente Coello (a quien dediqué un artículo en esta revista hace unos años), El turismo es un gran invento se sitúa en Aragón, donde el alcalde de una entrañable localidad (Paco Martínez Soria) decide aprovechar la ola de turismo que comienza a atisbar la sociedad española. Queriendo imitar el desarrollismo de la Costa del Sol, hasta allí irá con su secretario (José Luis López Vázquez) para aprender el secreto del turismo. Su banda sonora, de nuevo, bebe de ese toque de la psicodelia de la década, con voces femeninas que apoyan la composición instrumental:
El hombre y la tierra (1974)
Título legendario de Televisión Española y de toda una generación de jóvenes de los años setenta, esta es, sin duda, la sintonía por la que Antón García Abril será recordado a lo largo de las décadas. Presentado por el malogrado Félix Rodríguez de la Fuente, este espacio de la naturaleza y el incipiente ecologismo resulta tan fascinante como actual, incluida su espléndida banda sonora:
Fortunata y Jacinta (1980)
Adaptación de la novela de Pérez Galdós publicada en 1887, la miniserie Fortunata y Jacinta estuvo dirigida por Mario Camus y protagonizada por los mejores intérpretes de la década, entre ellos Ana Belén y Maribel Martín en los papeles principales, acompañados por María Luisa Ponte, Fernando Fernán Gómez, Francisco Rabal, Charo López, Manuel Alexandre o Mary Carrillo. La historia aborda la vida de dos mujeres, Fortunata y Jacinta, que tienen en común haber amado al mismo hombre. La maternidad, el amor y la relación entre ambas dio lugar a una de las mejores novelas y, por ende, series de nuestra historia. De hecho, obtuvo el Premio Ondas a la Mejor producción nacional de su año. En cuanto a la parte musical, García Abril compone para ella una pieza con toques decimonónicos y, sin embargo, plenamente integrada con los gustos del siglo XX.
Anillos de Oro (1983)
Serie fetiche de la televisión española de los años ochenta, este drama dirigido por Ana Diosdado y protagonizado por la propia Diosdado, al alimón con Imanol Arias, supuso una ruptura con el estilo de series concebidas hasta el momento. Dos abogados, de edades dispares, fundan un bufete de abogados especializados en casuística matrimonialista (de ahí el término ‘anillos de oro’, en relación con las alianzas matrimoniales).
Sus trece capítulos fueron acompañados por una característica sintonía de cabecera, la cual cosechó innumerables pasiones por su estilo orquestal armónico perfectamente definido, muy del estilo de García Abril.https://www.youtube.com/watch?v=UgmNhnHy-9M